Agua de Altos "Aguadalto". Manantial de Lugo - Cullen
Los manantiales naturales abundan en Barlovento, pero en su gran mayoría se reducen a fuentes o pequeños afloramientos de los que históricamente han dependido las poblaciones campesinas a lo largo de la historia y hasta que fueran alumbradas las galerías actuales.
Junto a los nacientes del Roque de Los Árboles en la cumbre de Gallegos, los manantiales de Agua de Altos, o Aguadalto como se conocen y escrituran, componen los afloramientos de agua naturales más importantes del municipio. Podríamos decir que los dos nacientes de Agua de Alto son los situados a menor altitud de la geografía insular, ya que sus abundantes caudales brotan en la cota de los 525 msnm, cuando el resto de manantiales importantes de la isla lo hacen en la media de los 1325 msnm (zona saturada del COEBRA).
Estos manantiales, a mediados del s.XVI ya habían sido aprovechados por los herederos de Lugo y Talavera para el riego de las haciendas de Oropesa, que junto a La Fuente de Oropesa, actualmente perdida en las obras de abancalamiento, regaban las fincas, sembradas de viña, frutales y cereal...

La abundancia de aforos de este manantial, hizo que en el s.XIX hubiera un trapiche o ingenio azucarero, de tracción hidráulica en la zona de la base de la montaña de La Centinela, del que actualmente se conserva parte de la nave principal y los pilares que descendían la montaña.
Josefa de Lugo y Massieu, y Juan Cullen poseían a mediados del s. XX una cuarta parte de los aforos de Agua de Altos, según consta en las escrituras.
La canalización de Aguadalto es a día de hoy la más complicada y peligrosa en cuanto a ejecución, ya que desde el nacimiento de las aguas hasta su reparto en el tanque de la Cruz de Aparicio pasa por grandes fugas verticales, muy peligrosas al tránsito y por túneles labrados a mano.

Todo comienza en el Monte de Don Miguel de Lugo, la parte alta de las fugas de Agua de Altos. Un lugar, del que nos atreveríamos a decir que es el único en conservar monte de laurisilva totalmente vírgen y que nunca ha sido talado. Es tan dificil el acceso al nacimiento de las aguas, que actualmente se mantiene solo el aprovechamiento del recogedero de las cascadas que bajan por el risco.
En esta hoya, existen tiles y fayas de grandísimas proporciones, únicos y hermosos, con grandes raíces en forma de contrafuerte. Gracias a lo escarpado del lugar nunca fueron talados. Solo existía para llegar a los nacientes una escalera de ferrata y un cable, actualmente en mal estado e impracticables.
La canalización del manantial (actual) se llevó a cabo en el s.XIX. La misma discurre por la ladera izquierda (lado Barlovento) del Barranco de La Herradura. Es un canal en algunos tramos muy peligroso, donde apenas hay para caminar unos 25 cm y con fugas de 150 m bajo el mismo. No es para nada apto para cualquier persona.

Un dato curioso, aportado por D. Israel Machín, es que a mediados del s.XX por este canal se llegaron a sacar del caldero de la Hoya del Pino, sacos de carbón y fejes de monte al hombro, lo que nos dice la alta necesidad de estos materiales en la época, donde el monte estaba sobrexplotado.
Si hay que nombrar a una persona, experta y conocedora del lugar de Aguadaltos, es a D. José Eladio. Nos explica que, antaño, en esta hoya se sembraban y cultivaban frutales, viña, papas, orégano y explotación maderera. Ante la escasez de madera, se llegaron a colgar de los riscos de la Hoya del Pino a cortar varas, jugándose la vida literalmente.
Ya entrado el s.XX, los herederos de Lugo y Cullen, financian la construcción de un socavón o pequeña galería en la base de toba de la gran cascada de Agua de Alto, la más alta, con el fin de buscar el acuífero colgado del manantial y aumentar los aforos de agua. Con una profundidad algo inferior a los 200 metros lo consiguen.

En la Hoya del Pino, justo en el caldero del barranco, se comienza posteriormente otra galería (la galería de La Hoya del Pino), la cual es abandonada sin llegar a alumbrar agua. Actualmente su boca sepultada por un gran zarzal.
Actualmente el manantial sigue aprovechado por las fincas plataneras de Oropesa, y en meses de verano, el personal al cargo acude a limpiar las canalizaciones, siendo impracticable y peligroso en invierno.
Este lugar, dicho por muchos que lo han visitado, de los más bellos de Barlovento, es a la par de hermoso, peligroso. No se recomienda el acceso sin casco ya que hay pasos sobre grandes riscos (el de la Hoya del Pino, donde pasa el camino, supera los 200 metros de altitud).

José Miguel Rodríguez Pérez.
Bibliografía consultada: Historia de Barlovento de Horacio Concepción.
Testimonios de D. Israel Machín y D. José Eladio.
Incursiones propias e investigación en el lugar de Aguadaltos.