Patrimonio geológico de Barlovento
El municipio de Barlovento se extiende en una franja que va desde el borde con la Caldera de Taburiente hasta el mar, lindando por los barrancos de La Herradura y Franceses con San Andrés y Sauces, y Garafía respectivamente.
El relieve, como todo el correspondiente al Norte de la isla, está dominado por profundos barrancos que divergen al mar, algunos de grandes proporciones, como el de Gallegos, donde en algunos sectores más profundos la erosión ha hecho que podamos observar los cimientos del Edificio Taburiente 2 y lo que fue el Edificio Taburiente 1.

Otro aspecto destacado en el relieve de las medianías, son los numerosos conos de antíguos volcanes (conos de piroclastos) de apenas unos miles de años. Podemos citar algunos como: Cráter de La Laguna, El Pozo, Pichillera, El Molino-Las Crespas, Montaña La Cuesta, Montaña de Abreu, Montaña de La Centinela, etc. Éstos volcanes están muy erosionados y colonizados por vegetación, por lo que su forma original está bastante modificada.
Las unidades volcánicas pertenecen todas a las Series Antíguas de La Palma, siendo dominante en el municipio el edificio más superficial (Taburiente 2). La costa que conocemos al Norte, muy escarpada y con grandes acantilados (acantilado de La Faya de 442 msnm) nos da a entender que a lo largo de la historia los grandes deslizamientos han hecho retroceder el terreno varios kilómetros. Algunos tubos volcánicos, como la Cueva Fea de Gallegos están cercenados por el acantilado a gran altura debido a los derrumbes.
Las unidades volcánicas del municipio son bastante monótonas, destacando fundamentalmente el apilamiento de coladas con estratos piroclásticos, lo que ha generado en muchas de ellas, con la meteorización por la acción del agua, zonas de toba permeable que permiten el afloramiento de agua del acuífero.
En algunas zonas muy profundas del Barranco de Gallegos se puede observar, lo que fue el antíguo edificio Taburiente 1, teniendo ejemplos de basalto solidificado en presencia de agua.
El aspecto, de siempre más destacado e investigado, es la red de tubos volcánicos que existe en el municipio. Tres de ellos de viejo conocidos, como son el Tubo de La Grilla - Fuente Mauricio, La Cueva Honda de La Tosca y La Cueva Fea - Cueva del Diablo de Gallegos. Hay constancia de existencia de más ejemplos, como la Cueva Honda de Los Lirios, y la Cueva Honda de Las Charcas (aún sin investigar ni cartografiar por expertos).
La Cueva de La Grilla - Fuente Mauricio es un tubo de 222 metros de profundidad situado en el monte verde del municipio, en plena laurisilva. Es el tubo más curioso de todos, ya que es rico en paleotemas como los estafilitos (algunos tan delgados y delicados como un cartón). Hay constancia de exploraciones de esta cueva desde finales de los años '70. Según D. Israel Machín, en 1985 se dió a conocer esta cueva al personal de Medio Ambiente del Cabildo.

En la década de los '90, esta cueva fue cartografiada e investigada por la ULL y el equipo de expeleólogos Benisahare. Posee a unos 100 metros al interior una fuente de gran belleza.

Un segundo ejemplo lo tenemos en la zona de Los Salones, en La Tosca. La Cueva Honda. Un tubo de 100 metros de galería principal, del que se dividen 2 ramales de 35 metros cada uno. Geomorfológicamente, la más curiosa de todas, ya que sus espeleotemas principales los catalogamos como afloraciones de coraloides, formados por la acción de los goteos por medio del basalto fibrilar que compone el techo de la cavidad. Son formaciones muy delicadas, y cualquier mínima acción las deteriora irremediablemente. Esta cueva fue utilizada en época prehispánica e histórica y actualmente conserva restos de un cierre artificial de piedra que sellaba su entrada parcialmente.


La cueva más larga cartografiada hasta el momento, es la Cueva Fea - Cueva del Diablo de Gallegos. Testimonios de los más mayores nos dicen que era tan profunda, que nadie jamás se atrevió a dar con el final. En nuestra exploración se comprobó, como su longitud aproximada está por los 320 - 350 metros, teniendo el frente derrumbado y observándose cómo por una grieta, la cueva tenía más profundidad. La falta de estabilidad del terreno hace que sea muy peligroso seguir el avance.

Esta cueva, en años de la Guerra Civil, sirvió como refugio, pudiendo observar restos de huesos quemados y estacas de tea que sirvieron para alumbrarse en su interior.
Es la única en la que se han visto las delicadas estalactitas calcáreas, formadas a lo largo de miles de años por la acción de los goteos, que arrastran minerales, dando forma característica a las mismas.

Otros muchos aspectos que se pueden observar en el relieve, como algunos ejemplos que pudimos ver en el risco de Guerreros y en la costa de Gallegos, son los huecos dejados al desaparecer la madera de árboles que arrastró la lava de viejas erupciones. Estos se conocen como "Pinos vaciados". Hay muchos por la geografía, y en algunos se puede ver incluso la corteza del árbol grabada en el basalto.

Agradecer la inestimable compañía en estas incursiones de David Rocha, Miguel (Miky), Victor Nonato, Eduardo Hernández e Iván López, ya que sin ellos no sería posible.